Informe Libertad Religiosa en el Mundo

Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión - sin que se le discrimine, se le oprima o se le persiga.  La libertad religiosa, al igual que otros derechos humanos, está estrechamente relacionada con la estabilidad política. La represión de la religión o las creencias puede ser un importante factor desencadenante de conflictos y violencia.
El Informe Libertad Religiosa en el Mundo de AIN lleva 25 años analizando la situación de la libertad religiosa en los 196 países del mundo.  Hasta la fecha, sigue siendo el único informe global elaborado por una organización no gubernamental que documenta de forma sistemática la situación de la libertad religiosa en todos los países.

¿Qué es la libertad religiosa?

Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión [que se garantice y se respete]; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, mediante la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.

Artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos

¿Qué significa?

Significa que toda persona tiene derecho a elegir, practicar y manifestar sus creencias religiosas —o a no tener ninguna creencia— sin injerencias, discriminación ni temor. Es un derecho humano fundamental que protege no solo a los individuos, sino también a las comunidades y los grupos religiosos en su expresión colectiva de la religión. Esta libertad incluye:  La libertad de creer – Toda persona puede profesar cualquier creencia religiosa (o ninguna) sin que se le coaccione ni castigue. Libertad de culto – Toda persona pueden practicar su culto, realizar ritos religiosos y enseñar su fe. Libertad de expresión – Las creencias pueden compartirse de forma pública o privada, individual o colectivamente. Libertad frente a la coacción – No se puede obligar a nadie a adoptar o renunciar a una religión en contra de su voluntad. La libertad religiosa está profundamente relacionada con otros derechos esenciales, como la libertad de expresión, de conciencia, de reunión y de asociación.
Vídeo Libertad Religiosa 2023

Cuanto más sepa el mundo sobre los actos de odio y desprecio por motivos religiosos, más podrá hacer para combatirlo. Papa Francisco.

¿Por qué importa?

Porque beneficia a todos. 
La libertad de religión o de creencias es para todos. Permite que personas de diferentes religiones y cosmovisiones convivan pacíficamente. Garantiza que las personas y las organizaciones religiosas no se vean obligadas a elegir entre sus creencias y el servicio a sus comunidades.
Cuando se reprime la libertad religiosa, no solo se amenaza la libertad personal y la dignidad humana, sino que se ataca a los cimientos mismos de una sociedad justa y diversa.

La libertad religiosa es tu derecho - y tu responsabilidad.

Lee el informe. Actúa hoy.

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Libertad religiosa: derecho, no privilegio

¿Se puede hacer cualquier cosa en nombre de la religión?  No. La libertad religiosa, al igual que otros derechos, no es absoluta. Los Gobiernos pueden imponer restricciones solo cuando existe una razón imperiosa, como proteger la seguridad, la salud, el orden públicos o los derechos y libertades de los demás. ¿La libertad religiosa otorga privilegios especiales a las personas religiosas? Tampoco. La libertad religiosa protege a todos por igual, ya sean cristianos, judíos, musulmanes, hindúes, budistas o no creyentes. Garantiza que las personas sigan siendo libres de seguir su propio camino, ya sea basado en la fe o no, sin presiones por parte del Estado o de la sociedad. Al proteger la libertad de conciencia, defiende el derecho profundamente personal de buscar la verdad, el significado y el propósito por uno mismo. Cuando los Gobiernos se inmiscuyen en la conciencia, abren la puerta a que también se violen otras libertades personales.

# Importancia de la libertad religiosa

La libertad religiosa es una piedra angular de cualquier sociedad libre y justa. Su valor se extiende a todos, tanto a creyentes como a no creyentes. No se trata solo de religión: se trata de salvaguardar el derecho de cada individuo a pensar, creer y vivir de acuerdo con su conciencia. 
Respetar este derecho:

  • afirma la dignidad humana y la integridad personal

  • garantiza la igualdad de trato ante la ley para todos, independientemente de sus creencias

  • permite a las personas y comunidades expresar y transmitir sus valores, tradiciones e identidades sin injerencias

  • protege a las personas y los grupos contra la persecución, la coacción y la discriminación

  • fomenta el diálogo y la convivencia pacífica entre diferentes cosmovisiones

  • fortalece la democracia promoviendo la tolerancia, el pluralismo y el respeto

  • reduce los conflictos al dar espacio para que diferentes grupos convivan pacíficamente.

    Una sociedad que respeta la libertad religiosa es una sociedad en la que cada persona puede prosperar y en la que la diversidad se convierte en una fuente de fortaleza en lugar de división.

# ¿Qué incluye la libertad religiosa?

Toda persona tiene el derecho inherente a la libertad de pensamiento, conciencia y religión.  Este derecho fundamental abarca:  la libertad de tener o adoptar la religión o las creencias que uno elija la libertad de cambiar o renunciar a la propia religión o creencia la libertad de practicar la propia religión o creencia — individual o colectivamente, tanto en público como en privado. Esto incluye el derecho a practicar el culto, a observar las fiestas religiosas, a enseñar, a llevar símbolos religiosos y a participar en rituales, oraciones y otros actos de devoción.

A nivel personal

La libertad religiosa protege el ámbito intangible de la conciencia y la dignidad de cada persona. Entre los aspectos clave se incluyen:  la libertad de creer o no creer, y de unirse a una comunidad religiosa la libertad para rezar y practicar el culto en privado o en público, y para disponer de lugares de culto la libertad de los padres para educar a sus hijos de acuerdo con sus convicciones religiosas, incluido el acceso a la educación y la formación religiosas la libertad de las familias para elegir escuelas que reflejen sus valores sin sufrir sanciones económicas la libertad para recibir atención religiosa en hospitales, prisiones, el servicio militar u otras instituciones públicas la libertad frente a la coacción para actuar en contra de las propias creencias o unirse a grupos contrarios a las propias convicciones la libertad frente a la discriminación o las restricciones basadas en la religión en el empleo, la educación, la participación cívica u otras áreas de la vida.

A nivel comunitario

Las comunidades religiosas reúnen a personas que comparten las mismas creencias y funcionan como organismos sociales organizados. Para cumplir su misión, deben tener libertad para: establecer su propia dirección interna y elegir ministros de acuerdo con sus tradiciones ordenar clérigos, nombrar cargos religiosos y comunicarse libremente dentro y fuera de la comunidad crear instituciones para la formación religiosa y la educación teológica publicar, acceder y utilizar textos religiosos enseñar y comunicar su fe y sus enseñanzas morales, tanto dentro como fuera de los lugares de culto utilizar plataformas mediáticas para compartir su mensaje participar en iniciativas caritativas, educativas y sociales inspiradas en su fe. Para las comunidades con una estructura transnacional, como la Iglesia católica, son esenciales además otras libertades: mantener la comunicación y la unidad entre los líderes locales y mundiales difundir enseñanzas, documentos y orientaciones religiosas participar en el diálogo, la cooperación y la solidaridad internacionales, incluso a través de reuniones interreligiosas e intercambios teológicos.

# Un derecho que hay que respetar y proteger

El pleno reconocimiento y protección de la libertad religiosa, tanto a nivel individual como colectivo, es fundamental para la dignidad humana, la paz y la vida democrática. Defender este derecho contribuye a garantizar que no se excluya, silencie o margine a nadie, por sus creencias, y que la sociedad siga siendo abierta, pluralista y justa.