CONCLUSIONES PRINCIPALES
En un mundo marcado por una inestabilidad en aumento —desde la guerra en Ucrania al conflicto en Tierra Santa y el auge global del autoritarismo—, la libertad religiosa está cada vez más amenazada.
El Informe sobre la libertad religiosa en el mundo de 2025 de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) concluye que ha habido graves violaciones de la libertad religiosa en 62 países. Estos ataques han sido clasificados como «persecución» (la peor categoría) en 24 países y como «discriminación» (la segunda categoría más grave) en otros 38; en total, han afectado a más de 5400 millones de personas. Tales violaciones evidencian un asalto de mayor alcance a los derechos consagrados en el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos —la libertad de pensamiento, conciencia y religión—. Hoy, este derecho fundamental no solo está sometido a presión, sino en proceso de desaparición.
A continuación, exponemos las principales conclusiones del periodo estudiado (del 1 de enero de 2023 al 31 de diciembre de 2024). Tres de ellas señalan los temas clave que configuran la libertad religiosa y que se desarrollan con más detalle en los artículos, «La evolución del yihadismo» y en «Huir de la persecución y discriminación por motivos religiosos», y « El modelo cubano y su exportación a Venezuela y Nicaragua».
1. Casi dos tercios de la humanidad —más de 5400 millones de personas— viven en países donde la libertad religiosa sufre violaciones graves. Casi el 64,7 por ciento de la población mundial vive en los 62 países donde estas violaciones se consideran persecución o discriminación. Solo dos de estos países —Kazajistán y Sri Lanka— han mostrado alguna mejora durante el periodo estudiado.
2. 24 países se encuentran en la categoría más grave, la persecución. Violaciones graves y sistémicas de la libertad religiosa, como la violencia, el arresto y la represión, afectan a más de 4100 millones de personas en países como China, India, Nigeria y Corea del Norte. En el 75 por ciento de estos países (en 18 de 24), la situación ha empeorado.
3. En 38 países, la violaciones contra la libertad religiosa se categorizan como discriminación religiosa y pueden llegar a afectar a más de 1300 millones de personas, el 17,3 por ciento de la población mundial. En estos países, como Egipto, Etiopía, México, Turquía y Vietnam, las minorías religiosas se enfrentan a limitaciones sistemáticas de culto, expresión e igualdad legal. Aunque no padecen una represión violenta, a menudo, su discriminación conduce a la marginalización y la desigualdad legal.
4. 24 países están «en observación», debido a un incremento de las señales de alarma para la libertad religiosa. Estas señales incluyen un aumento de la intolerancia, la erosión de coberturas jurídicas, el extremismo religioso y un aumento de la interferencia estatal en la vida religiosa. 750 millones de personas podrían estar en riesgo de discriminación religiosa. En los mapas de los «Análisis regionales», estos países se indican con el símbolo de una lupa.
5. El autoritarismo es la mayor amenaza contra la libertad religiosa. Los regímenes autoritarios aplican de forma sistemática unos mecanismos legales y burocráticos con el fin de suprimir la vida religiosa. En países como China, Eritrea, Irán y Nicaragua, el gobernio reprime la religión por medio de una vigilancia generalizada, una legislación restrictiva y la represión de aquellos credos que disienten. El gobierno autoritario es la causa principal de la persecución en 19 países y apoya patrones de discriminación en otros 33.
6. La violencia yihadista, su adaptación y su efecto desestabilizador, han aumentado de una forma sin precedentes. En 15 países, el extremismo religioso es la causa principal de persecución; en otros diez, contribuye a la discriminación. Desde el Sahel hasta Pakistán, los grupos yihadistas se han expandido a través de redes descentralizadas, dirigidas contra cristianos y musulmanes que no aceptan su ideología extremista. Explotando las faltas locales y unos gobiernos débiles, grupos terroristas como Jama'at Nusrat ul-Islam wa al-Muslimin (JNIM) y el Estado Islámico de la Provincia del Sahel (ISSP) han expandido su control en el Sahel; Ansar al-Sunna (ISCAP) en Mozambique y las Fuerzas Democráticas Aliadas (FDA) en la República Democrática del Congo aspiran a establecer un «califato» en África central para legitimar su autoridad e ideología.
7. El nacionalismo religioso aumenta y alimenta la represión de las minorías. Un nacionalismo etno-religioso que merma los derechos de las minorías moldea cada vez más la identidad nacional en varios países. En la India y en Myanmar, es la principal causa de persecución; en Palestina, Israel, Sri Lanka y Nepal, alimenta la discriminación. La India es un ejemplo de «persecución híbrida», es decir, de supresión legal y violencia colectiva. Las narrativas mayoritarias se utilizan como armas para consolidar el poder, al tiempo que se apuntala el estatuto de segunda clase de las minorías con medios jurídicos y administrativos.
8. La persecución religiosa nutre cada vez más la migración forzada y los desplazamientos. Millones de personas han huido de una violencia, discriminación y ausencia de protección estatal que hunden sus raíces en la intolerancia religiosa. Los ataques de militantes fulanis radicalizados en Nigeria han asolado iglesias, pueblos y clérigos, provocando desplazamientos masivos. A lo ancho del Sahel —Burkina Faso, Níger, Mali— y en medio de la guerra civil de Sudán, se ha desarragaido comunidades de fe enteras, arrasado sus lugares de culto y erradicado su patrimonio religioso. La persecución religiosa es una causa importante y a menudo ignorada de la actual crisis migratoria global.
9. El crimen organizado se dirige sistemáticamente contra comunidades y líderes religiosos. En Estados debilitados (o fallidos) y en zonas de conflicto, grupos criminales apuntan contra líderes e instituciones religiosos para hacerse con el control. En tres países —Nigeria, Haití, y México—, el crimen organizado es la causa principal de persecución o discriminación. En regiones con gobiernos débiles, especialmente en América Latina y en África subsahariana, se saquea iglesias, secuentran o asesinan clérigos, y se obliga a las organizaciones religiosas a guardar silencio o a ser cómplices.
10. En medio del aumento repentino de situaciones de conflicto alrededor del mundo, la libertad religiosa se ha convertido en una víctima más de la guerra. Una escalada de conflictos en muchas zonas del mundo —guerras civiles, guerras entre naciones y conflictos regionales— han producido un crecimiento exponencial en el número de comunidades religiosas que sufren las consecuencias de la guerra. Los conflictos en Ucrania, Sudán, Myanmar, Gaza y Nagorno-Karabakh han provocado desplazamientos masivos, el cierre de iglesias y ataques dirigidos contra las comunidades religiosas.
11. El número de crímenes de odio antisemita y antimusulmán ha aumentado drásticamente. A raíz del ataque de Hamas contra Israel el 7 de octubre de 2023, y de la posterior guerra en Gaza, ha habido una creciente ola de incidentes antisemitas y antimusulmanes en Europa, Estados Unidos y América Latina. En Francia, los actos antisemitas se incrementaron en un 1000 por ciento, y, los crímenes de odio antimusulmán, en un 29 por ciento. En Alemania, se registraron 4369 delitos relacionados con el conflicto; el año anterior, solo fueron 61. Sinagogas y mezquitas han sufrido ataques, se ha acosado a individuos y también ha proliferado en internet la incitación al odio. En general, la repuesta de los gobiernos ha sido insuficiente, lo que ha provocado miedo e inseguridad entre las comunidades religiosas.
12. Los incidentes anticristianos están en alza en los países occidentales. Los ataques contra lugares de culto y fieles cristianos en Europa y Estados Unidos han aumentado de forma significativa. Solo en 2023, se registraron unos 1000 incidentes anticristianos; en Grecia, se dieron más de 600 casos de vandalismo contra iglesias. En Canadá, se provocaron incendios en, al menos, 24 iglesias entre 2021 y 2024. España, Italia, Estados Unidos y Croacia han sufrido aumentos similares, con actos como profanaciones de lugares de culto, agresiones físicas a religiosos e interrupciones de actos religiosos, motivados por la hostilidad ideológica, el activismo militante o el extremismo anti-religioso.
13. La objeción de conciencia está cada vez más amenazada. En toda la región de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), el derecho a la objeción de conciencia se enfrenta con más restricciones. En países como Armenia, Azerbaiyán, Ucrania y Rusia, se han encarcelado a quienes se negaban a hacer el servicio militar por razones religiosas o éticas. Por otra parte, en algunas democracias occidentales como Bélgica, las instituciones de matriz religiosa se enfrentan a una creciente presión legal para proporcionar servicios como el aborto o el suicidio asistido.
14. La inteligencia artificial (IA) y otras aplicaciones digitales se usan como armas para reprimir a grupos religiosos. Cada vez más, se están utilizando las nuevas tecnologías (desde la IA hasta las redes de monitoreo) para monitorizar, perfilar y penalizar la expresión religiosa. Los gobiernos y actores no gubernamentales de países como China, Corea del Norte y Pakistán, utilizan herramientas digitales para identificar, intimidar y criminalizar a creyentes, haciendo que se perciba la fe religiosa como una amenaza a la seguridad.
15. Dos veces vulnerables: las mujeres y niñas de minorías religiosas sufren abusos sistémicos que, en algunos casos, comienzan a los 10 años. Durante el periodo de la elaboración del informe, se han registrado violaciones graves contra mujeres y niñas pertenecientes a minorías religiosas. En países como Pakistán, Egipto y Mozambique, las víctimas —en algunos casos, de tan solo 10 años— fueron sometidas a abducción o conversión y a matrimonios forzados. En la enorme mayoría de los casos, estos abusos tan frecuentes (se cuentan por cientos cada año) gozan de total impunidad.
16. A pesar del empeoramiento general de la libertad religiosa en el mundo, las comunidades religiosas han demostrado una resiliencia inquebrantable como agentes de paz y de ayuda urgente y pastoral. A pesar de la persecución, las comunidades religiosas han hecho gala de una extraordinaria resiliencia, participando activamente en actividades por la paz y en el suministro de asistencia humanitaria esencial. Desde la región de Cabo Delgado en Mozambique hasta Burkina Faso, las iniciativas interreligiosas han demostrado que la libertad religiosa sirve como fundamento de unidad y garante de la dignidad humana. El papel de la educación en este proceso es fundamental: favorece la cohesión social, afirma el valor individual de cada persona y empodera cultural y económicamente a los grupos minoritarios.