Marco legal sobre libertad religiosa y su aplicación efectiva
La Constitución de Albania[1], adoptada en octubre de 1998 (y revisada en 2016), declara que la «convivencia religiosa» es un principio básico para el Estado (preámbulo y artículo 3). La república es un Estado laico (artículo 10) que garantiza la libertad de conciencia y religión, incluyendo el derecho a elegir o cambiar de religión o creencias y a expresarla «individual o colectivamente, en público o en privado, a través del culto, la educación, […] o la práctica de los ritos» (artículo 24). El artículo 18 prohíbe la discriminación por motivos religiosos y están prohibidos los partidos políticos u otras organizaciones «cuyos programas o actividades se basen en métodos totalitarios que inciten y apoyen» el odio religioso (artículo 9).
Se considera delito destruir o deteriorar objetos religiosos (artículo 132) e impedir la celebración de ceremonias (artículo 133), hechos que, por lo tanto, son punibles según el Código Penal[2].
Conforme a la Constitución, las comunidades religiosas son iguales ante la ley y su relación con el Estado está regulada por acuerdos oficiales (artículo 10). El Gobierno no exige registro ni licencia a los grupos religiosos, pero el Comité Estatal de Cultos regula las relaciones entre el Estado y las comunidades religiosas[3].
Según el último censo albanés sobre identidad religiosa, la mayor parte de los ciudadanos están vinculados a una de las cuatro comunidades religiosas predominantes e históricamente presentes en el país: dos musulmanas (suní, la mayoritaria, y bektashí), y dos cristianas (la católica romana y la Iglesia ortodoxa autocéfala de Albania)[4].
El Consejo de Europa criticó en el pasado al Gobierno albanés por utilizar un método poco fiable para realizar el censo[5]. Sin embargo, en su dictamen más reciente, el Consejo reconoció los esfuerzos de Albania por aplicar algunas de sus recomendaciones para mejorar la realización del censo[6].
A finales de 2024, seguía sin resolverse la cuestión de la restitución de los bienes pertenecientes a grupos religiosos expropiados en la época comunista[7]. La Comisión Europea ha criticado los procedimientos internos de Albania y ha instado al Gobierno a «corregir los datos catastrales, finalizar la legislación pendiente y completar las indemnizaciones» a las partes interesadas[8].
La legislación albanesa exige licencias para construir lugares de culto. Sin embargo, estas se pueden obtener a posteriori gracias a un permiso para los edificios construidos sin la licencia de las autoridades urbanísticas. En 2023 se expidieron unos 47 permisos de este tipo, frente a los 97 de 2022[9].
Incidentes y acontecimientos
El Comité Consultivo del Consejo de Europa del Convenio Marco para la Protección de Minorías Nacionales ha destacado en su última revisión (2012) de Albania que la armonía religiosa y el respeto mutuo son característicos de la sociedad albanesa[10].
Un informe de 2023 financiado por la Unión Europea destacaba que la sociedad albanesa es en gran medida tolerante con las múltiples identidades y afiliaciones religiosas, y que los medios de comunicación locales tienden a ser neutrales cuando presentan noticias relacionadas con la religión. Los usuarios de las redes sociales también suelen mostrar una actitud tolerante hacia la religión[11].
Las autoridades albanesas aún no han comunicado las últimas cifras oficiales sobre delitos motivados por el odio religioso a la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos (OIDDH) de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), requeridas para ser incluidas en el informe anual sobre delitos de odio de 2023[12].
Según el documento «Commission Staff Working Document Albania 2023 Report», el Gobierno asignó «1,05 millones de euros a las comunidades católica, musulmana suní, ortodoxa y bektashí para su funcionamiento administrativo y la educación religiosa, cantidad similar a la del año anterior»[13]. Sin embargo, el informe también indicaba que algunos grupos religiosos tienen que depender de la financiación de terceros, lo que crea algunas vulnerabilidades. En su informe de 2024, la Comisión señaló que, por lo general, en Albania se respeta la libertad religiosa. No obstante, advirtió que, en los últimos años, entidades extranjeras están intentando influir cada vez más en los grupos religiosos albaneses[14].
El 1 de febrero de 2025, el padre Pandeli fue testigo de cómo dos personas destrozaban iconos y otros objetos de culto en la iglesia de la Resurrección de Cristo, en Ksamil. Poco después del incidente, la policía detuvo a los dichos individuos para interrogarlos[15].
El Informe Nacional sobre Islamofobia en Albania de 2023 criticaba a las autoridades albanesas por el poco esfuerzo que hace en la adaptación para los empleados musulmanes en el lugar de trabajo. Por ejemplo, es frecuente encontrar empleadores que no ofrecen horarios flexibles que permitan a los empleados realizar sus oraciones del viernes mientras cumplen con sus responsabilidades laborales[16].
Según el mismo informe, la comunidad musulmana de Albania reaccionó de forma negativa en las redes sociales ante el nombramiento de Mustafá Nano como embajador de su país en Suiza debido a su supuesta islamofobia[17].
En septiembre de 2023, el ayuntamiento de Tirana publicó un cartel promocional de la ciudad con la imagen de la plaza Skanderbeg en la que claramente se omitía la histórica mezquita Ethem Beu, lo cual causó gran malestar en el seno de de la comunidad musulmana, que consideró que la omisión constituía una forma de borrarlos[18].
En 2023, el Ministerio de Cultura anunció que se iba a construir un Museo del Holocausto con el fin de celebrar la historia de los judíos en Albania[19].
De manera similar, en agosto de 2024, las autoridades albanesas anunciaron el proyecto de apertura de un museo judío en Vlora con el fin de conmemorar a los héroes de la Segunda Guerra Mundial, con el apoyo de la Fundación Albano-Estadounidense para el Desarrollo. Al escribir sobre el museo, el Albanian Times informó de que «los albaneses están orgullosos de que el suyo fuera el único país ocupado por los nazis con más judíos después de la Segunda Guerra Mundial que antes. Casi todos los judíos nativos sobrevivieron al Holocausto, además de haber acogido y protegido de la persecución nazi a varios miles de refugiados judíos. El museo de Vlora mostrará esta historia única, dedicada a la convivencia pacífica de judíos y albaneses a lo largo del tiempo»[20].
En septiembre de 2024, el primer ministro albanés, Edi Rama, recibió un homenaje en la Asamblea General de las Naciones Unidas por su liderazgo en la lucha contra el antisemitismo[21].
También en septiembre de 2024, el primer ministro anunció su intención de crear un enclave soberano, al estilo del Vaticano, para los bektashíes, orden sufí chií. El proyecto consistiría en establecer un Estado musulmán dentro de la capital, Tirana, para fomentar la tolerancia religiosa. El microestado se llamaría Estado Soberano de la Orden Bektashí[22]. Según el New York Times, el líder de la comunidad bektashí, Edmond Brahimaj, conocido por sus seguidores como Baba Mondi, afirmó que el nuevo Estado «permitirá el alcohol, dejará que las mujeres vistan como quieran y no impondrá normas de estilo de vida»[23].
Durante el período estudiado en este informe, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos no ha dictado ninguna sentencia desfavorable contra Albania por presuntas violaciones de la libertad religiosa.
Otra nota positiva es que el 29 de septiembre de 2023 el Consejo Interreligioso de Albania, en colaboración con los Consejos Interreligiosos de Europa, albergó un foro internacional en Tirana. El acto reunió a líderes y representantes religiosos de toda Europa para promover el diálogo interreligioso, el entendimiento mutuo y la cooperación entre las comunidades religiosas. Constituyó una valiosa plataforma para compartir las mejores prácticas y reafirmar la larga tradición de armonía religiosa de Albania dentro de un marco europeo más amplio[24].
Futuro de la libertad religiosa
En general, la tolerancia religiosa fomentada por el Estado entre las diversas comunidades religiosas contribuye a la estabilidad religiosa dentro de la sociedad albanesa. Las perspectivas para la libertad religiosa siguen siendo positivas.
Fuentes