Marco legal sobre libertad religiosa y su aplicación efectiva
La Constitución de Armenia garantiza que «toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión. Este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o creencias y la libertad de manifestar dicha religión o creencias individual o colectivamente, en público y en privado, a través de la enseñanza, las ceremonias en templos y otros ritos de culto, o de cualquier otra forma» (artículo 41.1)[1].
Según la legislación armenia, todos los hombres de entre 18 y 27 años deben cumplir dos años de servicio militar obligatorio. Sin embargo, todo ciudadano tiene «el derecho a sustituir el servicio militar por un servicio alternativo, según lo dispuesto por la ley, si este es contrario a su fe o creencias religiosas» (artículo 41.3). Desde 2004 existe una ley sobre el servicio alternativo, pero sus disposiciones no siempre se han aplicado[2]. En 2014 se introdujo una nueva ley que mejoró la situación de los objetores de conciencia, pero siguen produciéndose abusos[3].
La Constitución establece que «en la República de Armenia se garantiza la libertad de actividades de las organizaciones religiosas» y que las organizaciones religiosas «estarán separadas del Estado» (artículo 17.1-2).
La Ley de la República de Armenia sobre Libertad de Conciencia y Organizaciones Religiosas de 1991 no exige que los grupos religiosos se registren ante el Gobierno; sin embargo, tienen que hacerlo para poseer o alquilar propiedades y celebrar servicios religiosos con regularidad[4].
Aunque la Constitución garantiza a todos los individuos la libertad religiosa, reconoce a la Iglesia apostólica armenia como Iglesia nacional. Destaca la «misión exclusiva» que esta Iglesia tiene «en la vida espiritual del pueblo armenio, en el desarrollo de su cultura nacional y en la preservación de la identidad nacional». La misma disposición constitucional estipula que «las relaciones entre la República de Armenia y la Iglesia apostólica armenia podrán ser reguladas por ley». La Iglesia apostólica armenia puede designar representantes en diversas instituciones, como internados, hospitales, orfanatos, unidades militares y prisiones, mientras que otros grupos religiosos deben solicitar permiso para acceder a dichas instituciones. Esta Iglesia tiene también autorización para difundir su mensaje sin injerencia del Estado y supervisa los libros de texto escolares, la formación del profesorado y las asignaturas sobre su propia historia[5]. También puede impartir enseñanza religiosa extracurricular en la escuela pública[6].
La Ley de la República de Armenia sobre Libertad de Conciencia y Organizaciones Religiosas aclara el alcance de la protección constitucional a la libertad religiosa y enumera los derechos relacionados con ella. El artículo 3.7 garantiza a los grupos religiosos registrados el derecho a «reunir a sus fieles en torno a ellos; satisfacer las necesidades religiosas y espirituales de sus fieles; celebrar servicios, ritos y ceremonias religiosas; establecer grupos de enseñanza religiosa destinados a la formación de sus miembros; realizar estudios teológicos, religiosos, históricos y culturales; formar a miembros del clero con fines científicos y pedagógicos; obtener y utilizar objetos con significado religioso; hacer uso de los medios de comunicación de acuerdo con la ley; establecer vínculos con organizaciones religiosas de otros países y participar en actividades benéficas»[7].
Aunque permite estas actividades, la ley prohíbe el proselitismo o «caza de almas», que incluye la conversión forzosa[8]. Sin embargo, la ley no define el término «proselitismo» y otorga un trato preferente a la Iglesia apostólica armenia[9]. El término «caza de almas» se ha convertido en ocasiones en sinónimo de «robar creyentes a la Iglesia apostólica armenia»[10].
A pesar de que la ley ordena que la educación sea laica y pública, el programa de estudios de la escuela pública incluía una asignatura de «Historia de la Iglesia armenia». En septiembre de 2023, las autoridades eliminaron esta asignatura e incorporaron el contenido histórico en una asignatura más amplia de estudios armenios. Mientras la comunidad yazidí acogió con satisfacción la eliminación de la asignatura[11], el líder supremo de la Iglesia apostólica armenia, el catolicós Karekin II, criticó la medida y la calificó de «miope»[12].
En marzo de 2018, el Consejo de Europa manifestó su preocupación por la forma en que Armenia estaba tratando de garantizar que su legislación, sus instituciones y sus prácticas cumplieran las normas relacionadas con los derechos humanos de la Unión Europea (UE). El Consejo recomendó que los privilegios concedidos a la Iglesia apostólica armenia se justificaran de manera objetiva y no fueran discriminatorios[13].
Siguiendo esta recomendación, a finales de 2022 el Consejo adoptó oficialmente un cuarto Plan de Acción para Armenia, con el fin de garantizar que el país «siga adaptando su legislación, sus instituciones y sus prácticas a las normas europeas en materia de derechos humanos»[14]. Aunque el plan aborda una amplia gama de derechos humanos, el Objetivo n.º 10 se centra en un programa destinado específicamente a «empoderar y promover la inclusión social, económica y política de todas las personas, independientemente de [...] su religión»[15].
En el sexto informe dirigido al Comité Consultivo sobre el Convenio Marco para la Protección de las Minorías Nacionales del Consejo de Europa, presentado el 16 de septiembre de 2024, Armenia enumeró una larga lista de medidas adoptadas entre 2020 y 2024 para proteger los derechos de las minorías, entre ellas las minorías religiosas[16].
Incidentes y acontecimientos
Guerra de Nagorno-Karabaj
Armenia y Azerbaiyán llevan mucho tiempo disputándose la región de Nagorno-Karabaj, también conocida con el nombre armenio de Artsaj. Aunque reconocida internacionalmente como parte de Azerbaiyán, este territorio montañoso, que hasta hace poco albergaba a unos 120 000 habitantes de etnia armenia, se independizó de facto como República de Artsaj a principios de la década de 1990. Desde el 12 de diciembre de 2022 hasta el 19 de septiembre de 2023, Azerbaiyán bloqueó el corredor de Lachin, la única vía que conectaba la República de Artsaj con Armenia, provocando una «catástrofe humanitaria»[17], condenada por la Corte Internacional de Justicia[18].
El bloqueo terminó con una ofensiva militar a gran escala del ejército azerbaiyano, que tomó el control total de Nagorno-Karabaj, lo que provocó la huida de su población hacia Armenia en solo dos días (19-20 de septiembre). Una vez tomado el control sobre la región, Azerbaiyán puso en marcha «una política de destrucción del patrimonio armenio»[19]. Desde 2021 se han destruido cerca de 80 lugares históricos, religiosos, políticos y residenciales de etnia armenia en este enclave y sus alrededores[20]. Más concretamente, las imágenes por satélite confirman que Azerbaiyán destruyó en 2024 el cementerio de Ghazanchetsots[21] y la histórica iglesia armenia de San Juan Bautista de Shushai[22].
Alrededor del 98 % de las personas expulsadas de sus hogares de Nagorno-Karabaj se identificaban con la Iglesia apostólica armenia[23], que, antes de la Segunda Guerra de Karabaj de 2020, había experimentado un reflorecimiento en esta región montañosa, y se habían construido numerosas iglesias a las que asistían numerosos jóvenes.
Conflicto entre el Gobierno y la Iglesia apostólica armenia
Armenia y Azerbaiyán llevan intentando alcanzar un acuerdo de paz desde la toma de Nagorno-Karabaj. El 9 de diciembre de 2024, el ministro de Asuntos Exteriores de Armenia, Ararat Mirzoyan, declaró que «se han consensuado 15 de los 17 artículos del proyecto de tratado de paz»[24]. En los últimos dos años, la relación entre el Gobierno y la Iglesia apostólica armenia se ha deteriorado profundamente por esta causa. La Iglesia criticó duramente al Gobierno del primer ministro Nikol Vovayi Pashinyan por su gestión del conflicto y las negociaciones de paz, en particular por hacer concesiones unilaterales a Azerbaiyán, como la devolución de cuatro pueblos armenios de la región de Tavush[25].
En junio de 2024, el arzobispo Bagrat Galstanyan pidió la dimisión de Pashinyan ante miles de manifestantes en la capital, Ereván[26]. En mayo de 2024, el primer ministro declaraba: «No estamos en conflicto con la Iglesia. Si la Iglesia está en conflicto con nosotros o no, son ellos quienes deben responder a esa pregunta. Si hay clérigos que hacen una apuesta política, significa que admiten su fracaso o su incapacidad para guiar espiritualmente»[27].
El arzobispo Galstanyan ha afirmado en repetidas ocasiones que, aunque «la Iglesia no tiene motivaciones ni ambiciones políticas», debe alzar la voz como «pilar moral y ético de nuestra nación», independientemente de la represión que esto pueda acarrearle[28].
Yazidíes
En octubre de 2020, el Servicio de Seguridad Nacional de Armenia inició una investigación penal contra Sashik Sultanyan, presidente del Centro Yazidí para los Derechos Humanos, en respuesta a una entrevista en la que destacó los problemas a los que se enfrentan los miembros de la minoría étnica yazidí. El 29 de julio de 2021, dicho Servicio de Seguridad concluyó su investigación y remitió el caso a la Fiscalía General acusándole de incitación a la enemistad entre los yazidíes. En 2022, Sultanyan abandonó el país y, al año siguiente, se suspendió el caso. Sin embargo, las autoridades no han retirado los cargos contra él[29].
Judíos
Se estima que la comunidad judía de Armenia está compuesta por más de 400 familias, lo que supone entre 800 y 1000 personas aproximadamente[30]. A pesar del resentimiento generalizado contra Israel, debido fundamentalmente al papel clave que desempeñaron las armas israelíes en la derrota de Armenia frente a Azerbaiyán en la Segunda Guerra de Karabaj de 2020, la comunidad judía local no ha experimentado un aumento significativo de antisemitismo.
No obstante, en 2023 se denunciaron dos ataques contra la sinagoga Mordechai Navi, la única del país, situada en Ereván. El 3 de octubre de 2023, lanzaron un cóctel Molotov contra la sinagoga que causó pocos daños gracias a que no se encendió. En el otro ataque, cometido el 15 de noviembre de 2023, un desconocido prendió fuego a las puertas de las plantas primera y segunda del edificio. Gershon Meir Burstein, gran rabino de Armenia, afirmó que los ataques eran actos de «provocación» y no una expresión del antisemitismo armenio[31].
El 1 de enero de 2025, un grupo de unos 15 neonazis se reunió en el centro de Ereván para celebrar una manifestación con ocasión del cumpleaños de Garegin Nzhdeh, estadista y líder militar armenio. Joel Lion, embajador de Israel en Armenia, manifestó en X su preocupación: «Profundamente consternado por la marcha en #Ereván el 1.1.2024, en la que se coreaban consignas de "Sieg Heil". Es inaceptable que se glorifique a Garegin Nzhdeh, colaboracionista con los nazis. Las autoridades deben adoptar una postura firme contra cualquier forma de neonazismo y antisemitismo»[32].
Testigos de Jehová
Actualmente, en Armenia viven alrededor de 11 000 testigos de Jehová[33]. Durante los últimos 20 años cientos de ellos han sido condenados a penas de cárcel por negarse a servir en el ejército. Desde 2014, cuando se introdujo el servicio civil alternativo, más de 450 testigos de Jehová se han acogido a la nueva ley[34].
Durante el período estudiado en este informe, los testigos de Jehová han denunciado varios casos de abuso verbal y físico por exhibir material religioso. En 2023 un grupo de manifestantes intentó interrumpir una gran reunión regional celebrada del 2 al 4 de junio en el Estadio Infantil y Juvenil Nairi de Ereván, gritando, reproduciendo música religiosa a todo volumen y lanzando piedras a los presentes. A pesar de ello, los testigos de Jehová pudieron continuar su reunión y no se produjeron enfrentamientos físicos entre ellos y los manifestantes. Aunque la policía llegó al lugar, no intervino[35].
El 7 de junio de 2023, representantes de los testigos de Jehová se reunieron con la policía y manifestaron su preocupación por su falta de intervención. Entre el 9 y el 11 de junio de 2023, el grupo celebró otro acto en el mismo lugar, esta vez sin incidentes y con una mayor presencia policial para impedir nuevas perturbaciones[36].
Iglesia ortodoxa rusa
El 23 de marzo de 2023, el Ministerio de Justicia registró la diócesis de Ereván-Armenia de la Iglesia ortodoxa rusa. El Santo Sínodo de la Iglesia ortodoxa rusa había tomado la decisión de establecer una diócesis en Armenia en octubre de 2021[37]
Otros cristianos
El 20 de agosto de 2024, la policía de Ereván detuvo a Davit Nazaretyan, baptista objetor de conciencia de 21 años, y lo trasladó a la prisión de la ciudad, Nubarashen, tras ser condenado a dos años de cárcel por negarse a cumplir el servicio militar por motivos de conciencia. La ley ofrece a los objetores de conciencia la posibilidad de realizar un servicio civil alternativo que Nazaretyan había solicitado sin éxito, ya que su alegación no había convencido a la Comisión de Servicio Alternativo. El Tribunal de Casación confirmó, sin audiencia, la sentencia condenatoria el 10 de julio de 2024[38]. En septiembre de 2024 fue trasladado a la prisión abierta de Sevan. El de Nazaretyan es el único caso conocido de objetor de conciencia que se encuentra actualmente en prisión en virtud de la parte 1 del artículo 461 del Código Penal (evasión del servicio militar obligatorio o del servicio alternativo o del reclutamiento)[39].
También algunos miembros de la secta cristiana espiritual molokana han sido objeto de procesos penales en los últimos años por negarse a prestar servicio militar por motivos de conciencia.
El 11 de noviembre de 2019, el Tribunal Regional de Tavush condenó, a dos años de prisión a Ivan Nikolai Mikhailov, molokán de Dilijan, al que habían denegado el servicio civil alternativo en 2018. El 5 de abril de 2023, el Tribunal de Casación anuló la condena y devolvió el caso al tribunal regional para que se celebrara un nuevo juicio. El 6 de octubre de 2023, un juez archivó el caso por prescripción de los hechos, levantando las restricciones a la libertad de circulación de Mikhailov.
El último objetor de conciencia conocido condenado antes de Nazaretyan fue Maksim Mikhaili Telegin, molokán de Ereván, al que habían denegado el servicio civil alternativo en 2016. El Tribunal Municipal de Ereván lo condenó a un año de prisión el 23 de marzo de 2021, aunque fue puesto en libertad cuando solo llevaba tres meses en prisión[40].
Futuro de la libertad religiosa
El factor más significativo que pone en peligro la libertad religiosa en Armenia es el impacto del conflicto territorial con Azerbaiyán, que amenaza el patrimonio religioso armenio en la región de Nagorno-Karabaj, actualmente despoblada, así como el derecho al retorno de su población armenia. Aparte de esto, en Armenia generalmente se respeta el derecho a la libertad religiosa y, en el período estudiado en este informe, el Gobierno ha adoptado algunas medidas para reducir el trato preferencial que recibe la Iglesia apostólica armenia. Aunque grupos como los testigos de Jehová y los molokanes siguen en desacuerdo con las autoridades por su oposición al servicio militar obligatorio, las perspectivas generales para la libertad religiosa siguen siendo positivas.
Fuentes