Marco legal sobre libertad religiosa y su aplicación efectiva
El preámbulo de la Constitución de Bahamas subraya el respeto a los valores cristianos y al Estado de derecho[1], y también defiende la supremacía de Dios y consagra los derechos y libertades fundamentales del individuo.
La Constitución establece la protección de los derechos y libertades fundamentales de todo individuo, entre ellos la libertad de conciencia, expresión, reunión y asociación, siempre que se respeten los derechos y libertades de los demás y el interés público, sin distinción de raza, lugar de origen, opinión política, color, credo o sexo (artículo 15).
El artículo 18 garantiza el derecho a la objeción de conciencia al servicio militar. En este sentido, la carta prohíbe impedir a nadie el ejercicio de su libertad de conciencia, de pensamiento y de religión, ni la libertad de cambiar de religión o de creencia, ni la de manifestarlas y difundirlas mediante el culto, la enseñanza, la práctica y la observancia, ya sea individual o colectivamente, tanto en público como en privado (artículo 22.1). Asimismo, establece que no se obligará a nadie que asista a un centro educativo a recibir formación religiosa ni a participar en una ceremonia u observancia religiosa que no sea de la religión que profesa sin su consentimiento, o el de su tutor en el caso de los menores de 18 años (artículo 22.2). Tampoco se obligará a nadie a prestar juramento contrario a sus creencias o de forma que contravenga su religión o sus creencias (artículo 22.4).
El artículo 22.3 añade que no se puede impedir a ningún organismo o confesión religiosa que ofrezca formación religiosa a sus miembros, independientemente de las subvenciones estatales que pueda recibir.
En mayo de 2024 se presentó en el Parlamento el proyecto de ley sobre el cáñamo índico (cannabis). De aprobarse, permitirá el consumo de cannabis con fines médicos, de investigación y religiosos[2]. El artículo 4 enumera los objetivos del proyecto de ley, uno de los cuales es «permitir la posesión y el consumo de cannabis con fines médicos y para su uso en el culto religioso».
Incidentes y acontecimientos
En agosto de 2023, el Tribunal Supremo se pronunció sobre un recurso de inconstitucionalidad presentado en relación con un caso de posesión de una pequeña cantidad de cannabis. Esta sustancia está clasificada como droga peligrosa en la Ley de Drogas Peligrosas del año 2000, pero el demandante la consideraba una hierba sagrada para uso sacramental conforme a su fe rastafari. El tribunal admitió que la ley no contemplaba el uso religioso del cannabis y que ello podía interferir con el derecho del demandante a practicar su religión; al mismo tiempo, para el tribunal, las disposiciones controvertidas de la ley eran necesarias para alcanzar objetivos políticos en materia de salud y seguridad públicas. Al final, el tribunal desestimó el caso alegando que el demandante no había aportado pruebas convincentes para pronunciarse a favor de una exención por motivos religiosos[3].
En octubre de 2023 se suscitó una polémica entre la Universidad de Bahamas y el Consejo Cristiano a causa de un foro celebrado en la universidad durante la Semana del Orgullo organizado por la comunidad LGBTIQ+. La universidad defendió que estos foros formaban parte del mandato de desarrollo nacional en aquellos lugares en los que existe libertad académica. El Consejo Cristiano manifestó que no tenía objeciones a los debates, pero argumentó que la universidad no debía convertirse en una herramienta de propaganda para intereses particulares[4].
Tras el ataque de Hamás a Israel en octubre de 2023, algunos comercios locales comenzaron a exhibir la estrella de David en apoyo a la comunidad judía[5].
En abril de 2024, los líderes rastafaris pidieron licencias gratuitas para cultivar cannabis como reparación por años de discriminación y criminalización[6]. Fue la última de las numerosas demandas que ha venido haciendo la comunidad rastafari, preocupada por cómo le puede afectar la prohibición del consumo de marihuana en ceremonias religiosas. Tras consultar el asunto con líderes comunitarios, la comunidad rastafari, grupos religiosos y otras personas[7], en mayo de 2024 se presentó en el Parlamento el proyecto de ley sobre el cannabis. Si finalmente se aprueba, permitirá el uso del cannabis con fines médicos, de investigación y religiosos[8].
En abril de 2024 se cumplieron 30 años de relaciones diplomáticas con Kuwait, y representantes de ambos países patrocinaron un iftar en una mezquita. El director general del Ministerio de Asuntos Exteriores declaró que «la diplomacia cultural es un aspecto muy importante en las relaciones entre los Estados y las comunidades religiosas»[9].
Futuro de la libertad religiosa
En el período 2023-2024, no se han tenido noticias de intolerancia o discriminación por motivos religiosos. Para la comunidad rastafari, sin embargo, el proyecto de ley sobre el cannabis representa un avance, aunque aún no se haya alcanzado un acuerdo. No se han producido cambios importantes y las perspectivas para la libertad religiosa son positivas.
Fuentes