Marco legal sobre libertad religiosa y su aplicación efectiva
En un referéndum celebrado en enero de 2014, los egipcios aprobaron una nueva Constitución (modificada en 2019)[1]. Su preámbulo describe a Egipto como «la cuna de las religiones y el estandarte de la gloria de las religiones reveladas[2]. En su tierra se crió Moisés, apareció la luz de Dios y descendió el mensaje sobre el monte Sinaí. En su tierra, los egipcios acogieron a la Virgen María y a su hijo y ofrecieron miles de mártires en defensa de la Iglesia de Jesús. Cuando Mahoma (sobre él sean la paz y la bendición), Sello de los Profetas [...], fue enviado a toda la humanidad a fin de perfeccionar la moral sublime, nuestros corazones y mentes se abrieron a la luz del Islam. Fuimos los mejores soldados de la tierra para luchar por la causa de Dios, y difundimos por todo el mundo el mensaje de la verdad y las ciencias religiosas».
El documento especifica que «la referencia para su interpretación son los textos pertinentes de la recopilación de sentencias del Tribunal Constitucional Supremo».
El islam «es la religión del Estado y el árabe su lengua oficial. Los principios de la sharía islámica son la fuente principal de la legislación» (artículo 2). Se establece que «los principios canónicos de los cristianos y los judíos egipcios son la fuente principal de las leyes que regularán su estatus personal, sus asuntos religiosos y la elección de sus líderes espirituales» (artículo 3).
El artículo 7 protege a la Universidad de Al Azhar como la institución suní de enseñanza islámica más importante.
Se declara que «todos los ciudadanos son iguales ante la ley, poseen los mismos derechos y deberes públicos, y no serán discriminados por motivos de religión, creencia, sexo, origen, raza, color, idioma, discapacidad, clase social, afiliación política o geográfica, ni por ningún otro motivo» (artículo 53). La libertad de creencia «es un derecho absoluto. La libertad de práctica religiosa y construcción de lugares de culto para los seguidores de las religiones reveladas es un derecho regulado por la ley» (artículo 64). Por otra parte, está prohibido «ejercer cualquier actividad política o establecer partidos políticos basados en la religión o en una discriminación por razón de sexo, origen, secta o ubicación geográfica» (artículo 74).
La Carta Magna establece que el Estado «procurará que los jóvenes, los cristianos, las discapacitados y los egipcios residentes en el extranjero estén adecuadamente representados en la Cámara de Representantes, según lo especificado por la ley» (artículo 244). En cuanto al Código Penal egipcio, en él se precisa que denigrar a las religiones, fomentar pensamientos extremistas con intención de incitar al conflicto, menospreciar a cualquiera de las «religiones divinas» y atentar contra la unidad nacional conllevan penas de entre seis meses y cinco años de prisión[3].
Aunque predominantemente musulmán, el país alberga a la mayor comunidad cristiana del mundo árabe, en su mayoría cristianos coptos ortodoxos, que se concentran sobre todo en las provincias del Alto Egipto. Quedan muy pocos judíos[4]. El número de musulmanes chiíes[5], bahaíes[6], testigos de Jehová[7], y otros grupos también es muy reducido e incierto.
Aunque no está prohibida por ley, en la práctica, el Gobierno de Egipto no reconoce las conversiones religiosas desde el islam a otras, salvo en el caso de los conversos al islam que posteriormente se convierten a otra religión[8].
La ley no reconoce la fe bahaí ni sus leyes religiosas, y prohíbe las instituciones y actividades de esta comunidad. Los bahaíes[9] no pueden recurrir al derecho civil para cuestiones relacionadas con el estatuto personal. Sigue estando prohibida la importación de literatura bahaí y de los testigos de Jehová. Aunque el Gobierno egipcio designa a los testigos de Jehová como «cristianos» en sus documentos de identidad, sigue en vigor un decreto presidencial de 1960 que prohíbe todas las actividades religiosas de los testigos de Jehová y de los bahaíes, entre ellas las reuniones públicas, la impresión de textos religiosos y el uso de materiales religiosos en línea. También hay algunos grupos musulmanes que no están reconocidos, entre los que destacan los chiíes, los coranistas y los ahmadíes[10].
Los documentos nacionales de identidad electrónicos, expedidos por el Ministerio del Interior, solo permiten incluir las confesiones religiosas oficiales: musulmanes, cristianos y judíos. Desde una orden judicial de 2009, los bahaíes se identifican con un guion (-)[11]. A pesar de que en los documentos de identidad hay una entrada para «religión», el Gobierno de Egipto nunca ha facilitado datos oficiales sobre la población copta.
Aunque el Parlamento egipcio aprobó en septiembre de 2016 una nueva ley de construcción de iglesias (Ley n.º 80 de 2016)[12] para facilitar la construcción, renovación y reconocimiento legal de las iglesias, esta no se ha aplicado plenamente.
Los ataques, los obstáculos administrativos y la incapacidad de las autoridades para frenar la violencia social contra los cristianos[13] cuando intentan construir, reparar o simplemente obtener el reconocimiento de sus iglesias revelan la gran brecha que existe entre lo que promete la ley y lo que ocurre en la vida cotidiana.
En cuanto a la legalización de las Iglesias, la ley de 2016 delega en los gobernadores de Egipto la facultad de expedir permisos para construir o renovar iglesias. Estos deben comunicar su decisión en un plazo de cuatro meses a partir de la recepción de la solicitud. En caso de denegación, deben presentar una justificación por escrito. La ley no contempla la revisión ni la apelación en caso de denegación. Tampoco cabe recurso en caso de que el gobernador no responda[14].
En febrero de 2021, el gran muftí de Egipto, Shawki Ibrahim Abdel Karim Allam, emitió una controvertida fetua (decisión religiosa) que permite a los musulmanes trabajar en la construcción de iglesias[15].
Los hombres no musulmanes tienen que convertirse al islam para poder casarse con una mujer musulmana. En el caso de que uno de los progenitores no sea musulmán, la custodia se otorga automáticamente al progenitor musulmán[16].
En los conflictos entre distintos grupos, se fomenta en gran medida y se practica con frecuencia la reconciliación consuetudinaria, sistema paralelo utilizado para poner fin a disputas o conflictos. Se recurre a este sistema sobre todo en las disputas entre musulmanes y cristianos, a menudo cuando los cristianos son las víctimas, lo que plantea un problema a la hora de documentar las reiteradas violaciones. A menudo se presiona a los cristianos para que se retracten de sus denuncias y nieguen los hechos, lo que da lugar a la desestimación o la reducción de los cargos penales, violando así los principios de no discriminación y de igualdad de derecho a la ciudadanía[17].
Aunque Egipto es parte del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, ha declarado «en reserva» que las disposiciones del pacto no deben entrar en conflicto con la sharía[18].
Incidentes y acontecimientos
En enero de 2023, unos desconocidos profanaron un icono del convento de la Santa Virgen de Dronka, rociando pintura negra sobre los rostros de la Sagrada Familia[19].
La organización británica Christian Solidarity Worldwide informó de que, en enero de 2023, fueron absueltos tres hombres acusados de agredir, golpear y desnudar a una anciana cristiana en la aldea de al-Karm en mayo de 2016[20].
En febrero de 2023, un tribunal de faltas de Alejandría condenó al bloguero Osama Lotfy Sharaf el-Din a tres años de prisión por insultar al cristianismo en las redes sociales[21].
En marzo de 2023, la Universidad de al-Azhar emitió una fetua en la que establecía que los niños abandonados y sin identificar debían seguir la religión de las personas que los encontraran. La fetua se emitió en respuesta al caso de Shenuda, un niño de cinco años encontrado pocos días después de su nacimiento en una iglesia de El Cairo[22]. El sacerdote de la iglesia donde fue encontrado entregó al niño a una pareja cristiana sin hijos, pero finalmente las autoridades se hicieron cargo de él. Según la legislación egipcia, los niños de origen desconocido se consideran musulmanes por defecto, en conformidad con la sharía. Una vez emitida la fetua, devolvieron al niño a sus padres adoptivos cristianos[23].
En junio de 2023, un tribunal condenó a muerte a cuatro militantes del Estado Islámico, dos de ellos en rebeldía, por su participación en dos atentados perpetrados en 2017 y 2018 contra autobuses que llevaban turistas al monasterio cristiano de San Samuel, en la gobernación de Minia, en los que murieron un total de 35 personas[24].
Según informó al-Ahram, en junio de 2023, el primer ministro Mostafa Madbuly aprobó la legalización de 141 iglesias y 233 edificios de servicios cristianos. Según este periódico, el número total de iglesias y edificios de servicios legalizados por el Gobierno superó los 3000[25].
En julio de 2023, el Tribunal de Casación confirmó la pena de muerte dictada por un tribunal penal contra Rabei Mustafa Jalifa, policía que asesinó a dos coptos en la ciudad de Minia en diciembre de 2018[26].
En el mismo mes, Patrick George Zaki, investigador y activista condenado a tres años de prisión por «difundir noticias falsas» tras haber publicado un artículo en Internet sobre la discriminación que sufren los cristianos coptos en Egipto, recibió un indulto presidencial[27]. Antes del indulto, varias ONG habían emitido un comunicado en el que declaraban lo siguiente: «La persecución, detención, enjuiciamiento y condena de Patrick Zaki por escribir sobre sus experiencias como cristiano copto es una medida atroz de las autoridades egipcias que pone de manifiesto el fracaso general del Estado a la hora de proteger a las minorías religiosas. En lugar de ello, las autoridades persiguen a los coptos por el mero hecho de expresarse y llamar la atención sobre la discriminación que sufren habitualmente»[28].
En julio de 2023, el Ministerio de Asuntos Exteriores convocó al encargado de negocios sueco en El Cairo por las reiteradas profanaciones del Corán que se producen en Suecia[29].
En septiembre de 2023, el ministro de Educación egipcio, Reda Hegazy, anunció la prohibición de llevar niqab (velo que cubre el rostro) en la escuela a partir de ese mismo mes[30].
En septiembre de 2023, en la aldea de Jayar, aldeanos musulmanes atacaron a los coptos porque sospechaban que estos últimos iban a construir una iglesia sin licencia. Incendiaron una casa y saquearon propiedades de los cristianos[31].
En octubre de 2023, en Alejandría, un agente de policía egipcio mató a tiros a dos turistas israelíes y a un guía egipcio. El suceso tuvo lugar tras el ataque perpetrado por Hamás contra Israel el 7 de octubre. El Consejo de Seguridad Nacional de Israel recomendó a sus ciudadanos que evitaran viajar al extranjero y que quienes se encontraban en Egipto abandonaran el país[32]. El Centro Global de Fetuas de al-Azhar publicó una declaración en la que afirmaba que «el islam prohíbe de forma inequívoca causar daño a extranjeros tanto musulmanes como no musulmanes», y que «la sociedad es responsable de garantizar su protección y seguridad»[33].
En noviembre de 2023, el jeque Ibrahim Rida, académico islámico de la Universidad de al-Azhar, declaró en televisión que los judíos son un «pueblo belicoso» que ha asesinado a muchos profetas y «propaga la corrupción» sobre la tierra. Señaló que a nadie debía extrañar que estuvieran aniquilando a niños, hogares y escuelas. Sus comentarios se produjeron tras el ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre y la ofensiva militar de represalia de Israel contra Hamás en Gaza[34]. Por temor a los ataques, la comunidad judía de Egipto canceló las celebraciones públicas de Janucá. «Nadie nos impide celebrar. La cuestión es que el ambiente en El Cairo es muy malo, debido a la guerra», dijo un miembro de la comunidad[35].
En diciembre de 2023, un grupo de musulmanes atacó las obras de construcción de una iglesia copta y viviendas y propiedades cristianas en al-Azib, aldea de Samalut, en la provincia de Minia. La turba se enfrentó a la policía[36]. Un mes después, en enero de 2024, extremistas musulmanes incendiaron una iglesia provisional en la aldea de Misha'at Zaafarana, también en la provincia de Minia[37].
En marzo de 2024, Human Rights Watch criticó a las autoridades egipcias por haber alcanzado acuerdos de amnistía en los años anteriores con presuntos miembros de la filial del Estado Islámico en la región del norte del Sinaí, en Egipto, sin hacer públicos los criterios utilizados para liberar a los acusados[38].
El 23 de abril de 2024, los coptos de la aldea de al-Fawajer sufrieron un ataque al difundirse rumores de que planeaban construir una iglesia nueva; los agresores golpearon a algunos de ellos, incendiaron casas e intentaron desalojar a algunos coptos de sus hogares[39]. Tres días después, extremistas musulmanes atacaron a los coptos de la aldea de al-Kom al-Ahmar tras enterarse de que los cristianos evangélicos habían obtenido un permiso para construir una iglesia, según Copts United, grupo defensor de los coptos[40].
En octubre de 2024, el gabinete de Egipto legalizó 293 iglesias y edificios vinculados a ellas. Con esta medida, el número total de iglesias y estructuras religiosas a las que se ha concedido estatus legal ha alcanzado las 3453 desde la creación de un comité encargado de aplicar la Ley n.º 80 de 2016[41].
En noviembre de 2024, tres coptos resultaron gravemente heridos en un ataque perpetrado por cuatro hombres musulmanes armados con espadas y machetes en Ashruba, aldea del distrito de Beni Mazar (gobernación de Minia)[42]. En la misma aldea, coptos y musulmanes ya se habían enfrentado anteriormente, en enero de 2023, a raíz de una discusión tras el choque de un conductor musulmán de tuk-tuk con un coche conducido por un copto. La pelea que siguió se saldó con varios ataques a viviendas coptas y varios cristianos heridos[43].
En noviembre de 2024, la Comunidad Internacional Bahaí manifestó públicamente su preocupación por la intensificación de la persecución contra la comunidad bahaí egipcia por parte de las autoridades locales[44].
En diciembre de 2024, el Ministerio de Justicia y las cinco confesiones cristianas oficialmente reconocidas en Egipto firmaron el tan esperado proyecto de Ley del Estatuto Personal de los Cristianos[45]. Los cambios relativos al divorcio y la herencia son especialmente significativos. Ahora, hombres y mujeres heredan en igualdad de condiciones. Un diputado cristiano calificó este hecho como una primicia histórica para Egipto que supone un hito en el reconocimiento legal de las cuestiones familiares cristianas en el país.
En enero de 2025, como en años anteriores, el gran imán de al-Azhar, el jeque Ahmed al-Tayeb, visitó al papa Tawadros II, jefe de la Iglesia copta ortodoxa, para felicitarle la Navidad a él y a todos los cristianos coptos[46].
En enero de 2025, el Tribunal de Casación confirmó la pena de muerte impuesta a Nahro Abdel Moneim, condenado por el asesinato del sacerdote copto Arsenius Wadid en Alejandría[47].
También en enero de 2025, el obispo copto Paula, metropolitano de Tanta, criticó que la formación religiosa fuera una asignatura troncal para las calificaciones finales de los alumnos. «La religión pertenece a las iglesias y las mezquitas. La enseñanza de la religión en la escuela debe tener fines de sensibilización cultural, no ser una asignatura que se califique y afecte al éxito o al fracaso de los alumnos», afirmó el obispo[48]. Poco antes, el ministro egipcio de Educación y Formación Técnica, Mohamed Abdel Latif, había emitido un decreto que incluía la asignatura de religión como troncal que contaba para la nota final de los alumnos[49].
En enero de 2025, activistas coptos lanzaron una campaña para expulsar al futbolista argelino Ahmed Kenduci de la liga egipcia y deportarlo de Egipto, acusándolo de burlarse del cristianismo y violar la ley contra el desprecio religioso. En Instagram, Kenduci había afirmado que las celebraciones navideñas no están permitidas por el islam[50].
En enero de 2025, el Tribunal de Casación confirmó penas de prisión ―entre diez años de trabajos forzados hasta cadena perpetua― contra los seis asesinos condenados por el asesinato de Rani Raafat, joven copto asesinado en Dabaa en 2022[51].
En febrero de 2025, Abdulbaqi Said Abdo, cristiano converso del islam, y Nur Fayez Ibrahim Girgis, cristiano, fueron puestos en libertad tras más de tres años en prisión acusados de blasfemia. En ambos casos se superó el plazo legal de 18 meses de prisión preventiva. Los dos cristianos estaban vinculados a un grupo de Facebook para personas que quieren convertirse del islam al cristianismo. Aunque ya no están en la cárcel, no se han retirado los cargos contra ellos, según informó Church in Chains[52].
En los últimos años, Egipto, sobre todo el Alto Egipto, ha sido testigo de un aumento significativo de las desapariciones de niñas cristianas menores de edad. Las familias denuncian con frecuencia secuestros, conversiones forzadas al islam y matrimonios consuetudinarios. Aunque algunos expertos sugieren que las presiones sociales o psicológicas pueden llevar a algunas niñas a marcharse voluntariamente, en muchos casos se da la explotación por parte de adultos con fines económicos o sexuales, a menudo con la complicidad de instituciones religiosas que facilitan los cambios de identidad. Los estafadores también se han aprovechado de familias desesperadas exigiéndoles pagos a cambio de falsas promesas de ayuda. Las organizaciones defensoras de los derechos humanos documentaron más de 30 casos de este tipo en 2024, frente a los ocho registrados en 2023[53].
Futuro de la libertad religiosa
A pesar de los esfuerzos selectivos del Gobierno de Egipto por fomentar la unidad nacional entre musulmanes y no musulmanes, estos últimos disfrutan de libertad de culto, pero no de libertad religiosa plena. El derecho a practicar libremente la propia religión también se limita a las comunidades registradas. Los miembros de grupos no reconocidos, como los testigos de Jehová y los bahaíes, se enfrentan a múltiples problemas legales.
En lo que respecta a los cristianos, se han dado pasos alentadores, como la aprobación del proyecto de Ley del Estatuto Personal de los Cristianos de Egipto. Además, durante el período estudiado en este informe, se avanzó en la legalización de iglesias y edificios vinculados a ellas, de conformidad con la ley de construcción de iglesias (Ley n.º 80 de 2016). Sin embargo, los cristianos, sus iglesias y sus propiedades siguen expuestos a la violencia, especialmente en las zonas rurales. En muchos casos, la construcción de nuevas iglesias sigue encontrando una violenta oposición por parte de musulmanes extremistas.
En general, durante el período estudiado en este informe, la situación de la libertad religiosa en Egipto se ha mantenido sin cambios, y no hay perspectivas de cambios importantes en un futuro próximo.
Fuentes