Marco legal sobre libertad religiosa y su aplicación efectiva
En Fiyi, la religión está estrechamente vinculada a la etnia. Alrededor del 57 % de la población está compuesta por fiyianos autóctonos (iTaukei), que son mayoritariamente cristianos, mientras los indofiyianos, el segundo grupo étnico más numeroso (37,5 %), son fundamentalmente hindúes. También hay una importante minoría musulmana. Aproximadamente un tercio de la población de Fiyi es metodista[1].
Fiyi es un Estado laico conforme a la Constitución de 2013, que establece la separación entre el Estado y la religión (artículo 4.3), así como la libertad de religión, conciencia y creencias (artículo 22.1). La Constitución prohíbe la discriminación basada en la religión y tipifica como delito la incitación al odio, incluida la debida a motivos religiosos (artículos 17.2.c.i y 26.3.a)[2].
Aunque Fiyi es un Estado laico y protege la libertad de religión, todos los grupos religiosos están obligados a registrarse ante las autoridades[3].
Se permite que los centros educativos públicos ofrezcan enseñanza religiosa, pero no es obligatoria. El Gobierno financia los colegios confesionales, tanto públicos como privados[4].
Fiyi es un Estado Parte del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos[5].
Incidentes y acontecimientos
En enero de 2023, el primer ministro Sitiveni Rabuka anunció que los colegios gestionados por organizaciones religiosas estarían autorizados a invitar a capellanes y otros representantes religiosos para dar formación religiosa a los alumnos. Esta decisión desató el debate público, especialmente en las redes sociales. Como consecuencia, el ministro de Educación, Aseri Radrodro, respondió a la controversia afirmando que su Ministerio se ceñiría estrictamente a las directrices legales que prohíben imponer una fe concreta a los alumnos. Aclaró, además, que esta política es de aplicación principalmente para las instituciones en las que la mayoría de los alumnos se identifican como cristianos. Asimismo, insistió en que la participación en la formación religiosa sigue siendo voluntaria, lo que permite a los alumnos o a sus padres optar por no participar[6]. En agosto de 2024, el Gobierno de Fiyi aprobó la propuesta de reintroducir capellanes en las escuelas públicas, con el objetivo de ofrecer orientación espiritual y asesoramiento a los alumnos. La financiación corre a cargo del Ministerio de Educación[7].
En septiembre de 2023, fueron detenidos cuatro miembros de alto rango de la secta surcoreana Iglesia Camino de Gracia. Deportaron a dos de ellos, mientras que una orden judicial impidió la expulsión de los dos restantes. La Iglesia Camino de Gracia, conocida por sus creencias apocalípticas, estableció una comunidad agrícola en Fiyi, donde ha sido acusada de abusar de sus miembros y violar los derechos humanos. La Interpol buscaba a los miembros de la secta que figuran en la lista de deportados de Fiyi desde 2018, cuando Corea del Sur emitió una orden de detención contra ellos[8].
En marzo de 2024, el ministro de Finanzas, Biman Prasad, habló sobre el papel de los grupos religiosos en el desarrollo del país. «Las organizaciones religiosas», afirmó el ministro, «están contribuyendo directamente a la economía y al desarrollo económico»[9] .
Durante una visita a Ayodhya (La India) en febrero de 2024, el ministro Prasad hizo unas declaraciones sobre la importancia de que todos los fiyianos, no solo los de ascendencia india, preservaran sus raíces religiosas y culturales. También destacó que en Fiyi el hinduismo está vinculado al patriotismo. Prasad describió Fiyi como un lugar donde todos los creyentes pueden crecer espiritualmente y practicar su religión con libertad: «Casi todas las escuelas de Fiyi fueron fundadas por hindúes, musulmanes y cristianos que llegaron de la India, y nos convertimos en una sociedad laica porque comprendimos que el laicismo no significa la ausencia de religión, sino dar el mismo espacio a todos para practicar su fe»[10].
Futuro de la libertad religiosa
Durante el período estudiado en este informe no se han registrado violaciones graves de la libertad religiosa. En Fiyi, el Gobierno y la sociedad respetan y defienden en gran medida la libertad religiosa, y no hay indicios de que esta situación vaya a cambiar en un futuro próximo.
El crecimiento del cristianismo, el islam y, sobre todo, el hinduismo indica que Fiyi es un lugar donde pueden florecer diversas expresiones religiosas.
Fuentes