IRAK
Marco legal sobre libertad religiosa y su aplicación efectiva
Según la Constitución de Irak de 2005[1], el islam es la religión oficial del Estado y la «fuente de la legislación»: nada puede contradecir al islam, a los principios de la democracia y a los derechos y libertades fundamentales constitucionalmente reconocidos (artículo 2.1). La identidad islámica de la mayoría de los iraquíes y los derechos religiosos de los cristianos, los yazidíes y los sabeos mandeos están igualmente protegidos (artículo 2.2.).
Se establece que el árabe y el kurdo son las dos lenguas oficiales de Irak, aunque los miembros de otros grupos lingüísticos tienen derecho «a educar a sus hijos en sus lenguas maternas, como el turcomano, el asirio y el armenio, […] en las instituciones educativas públicas, conforme a las directrices educativas, o en cualquier otra lengua en las instituciones educativas privadas» (artículo 4).
Están prohibidos el racismo, el terrorismo y el takfir (acusar a un musulmán de apostasía) (artículo 7). El Estado tiene el deber de mantener y proteger «los santuarios y los lugares de culto», así como el derecho a usarlos libremente para «practicar rituales» (artículo 10).
Se garantiza la igualdad ante la ley «sin discriminación por razón de sexo, raza, etnia, nacionalidad, origen, color, religión, confesión, creencia u opinión, o estatus socioeconómico» (artículo 14). El Estado está obligado a proteger a toda persona «de la coacción intelectual, política y religiosa» (artículo 37.2).
Según el artículo 41, el estatuto personal está regulado por la ley de acuerdo con las diversas «religiones, confesiones, creencias y elecciones» y se salvaguarda «la libertad de pensamiento, conciencia y creencia» (artículo 42).
Los iraquíes tienen libertad para practicar sus ritos religiosos, administrar sus asuntos, instituciones y donaciones (waqf) religiosas «según determine la ley» (artículo 43.1). De igual modo, el Estado «garantiza la libertad de culto y la protección de los lugares de culto» (artículo 43.2).
Según el del Código Penal iraquí de 1969, «serán sancionadas con una pena de prisión de hasta tres años o con una multa de hasta 300 dinares: 1) Cualquier persona que ataque las creencias de una minoría religiosa o menosprecie sus prácticas religiosas. 2) Cualquier persona que perturbe deliberadamente una ceremonia, fiesta o reunión religiosa de una minoría religiosa o que impida u obstaculice deliberadamente la celebración de dicho rito. 3) Cualquier persona que destruya, dañe, desfigure o profane un edificio destinado a las ceremonias de una minoría religiosa o un símbolo o cualquier objeto que sea sagrada para ella. 4) Cualquier persona que imprima o publique un libro sagrado para una minoría religiosa y deliberadamente escriba mal los textos de manera que se altere su significado, o que se burle de sus principios o enseñanzas. 5) Cualquier persona que insulte públicamente un símbolo o a una persona que constituya un objeto de santificación, culto o reverencia para una minoría religiosa. 6) Cualquier persona que imite públicamente una ceremonia o celebración religiosa con intención de engañar» (artículo 372)[2].
Las leyes y normas sobre el estatuto personal prohíben a los musulmanes convertirse a otras religiones. La ley sobre el estatuto personal prohíbe implícitamente la conversión al someter este acto a la jurisdicción de la sharía (artículo 1.2)[3].
Según el artículo 17 de la Ley de Estatuto Personal de Irak n.º 188/1959, los varones musulmanes pueden casarse con mujeres no musulmanas que pertenezcan a un pueblo del Libro (cristianos, judíos, sabeos-mandeos), mientras que las mujeres musulmanas tienen prohibido casarse con no musulmanes[4]. Los hijos con un progenitor musulmán, incluidos los conversos, se consideran musulmanes[5].
La ley establece que nueve de los 329 escaños del Consejo de Representantes (la Cámara Baja del Parlamento) están reservados para miembros de los grupos minoritarios: cinco escaños para cristianos de las provincias de Bagdad, Nínive, Kirkuk, Erbil y Dohuk; y un escaño para cada uno de los siguientes grupos: yazidíes, sabeos mandeos, chabaquíes y kurdos failíes.
En la Región del Kurdistán iraquí, 11 de los 111 escaños parlamentarios estaban reservados anteriormente para minorías religiosas y étnicas[6]. En febrero de 2024, el Tribunal Supremo Federal de Irak determinó que el artículo de la ley electoral de dicha región relativo a las cuotas para las minorías era «inconstitucional»[7]. En mayo de 2024, el Tribunal restableció la cuota de cinco escaños reservados para cristianos y turcomanos, lo que supuso una pérdida neta de escaños y la exclusión definitiva de otros grupos[8].
Las elecciones al Parlamento de la Región del Kurdistán iraquí celebradas en octubre de 2024 suscitaron la objeción de algunos asirios respecto a la redistribución de la cuota de escaños en las provincias con menor población cristiana. Algunos miembros de la comunidad también criticaron la presencia de lo que describieron como candidatos cristianos simbólicos que se presentaban con partidos de mayoría musulmana[9].
Algunos cristianos denunciaron que funcionarios del Gobierno Regional del Kurdistán se habían negado a resolver reclamaciones sobre propiedades malversadas, habían permitido que milicianos acosaran a cristianos en los puestos de control y habían impedido que agricultores cristianos transportaran suministros entre pueblos[10]. Algunos asirios también manifestaron su preocupación por un posible plan del Gobierno Regional de construir una presa en el valle de Nahla, que podría poner en peligro yacimientos y monumentos de las comunidades autóctonas y desplazar a residentes cristianos.
Si bien las religiones bahaí, zoroastra y kakai (yaresanismo) están prohibidas a nivel federal bajo penas de hasta diez años de prisión[11] ―aunque, según el Departamento de Estado de los Estados Unidos, la prohibición no se aplica[12]―, son legales en la Región del Kurdistán[13].
Al solicitar un documento de identidad, los iraquíes tienen que declarar su religión, aunque esta información no se incluye en el documento. La consecuencia es que los miembros de religiones no reconocidas no pueden obtener documentación civil acorde con su religión, y sin documento de identidad, no pueden acceder a muchos servicios básicos[14]. Dado que el matrimonio, el divorcio y la herencia se rigen por la ley del estatuto personal —y no existe ninguna para las religiones no reconocidas—, los bahaíes, los zoroastrianos y los kakais no pueden registrar su matrimonio y sus hijos en la práctica son apátridas[15].
Incidentes y acontecimientos
En enero de 2023, Abdulrazaq al-Saadi, jeque suní de la provincia de Anbar, declaró que la construcción de una iglesia cristiana caldea en la antigua ciudad de Ur, en Dhi Qar, era «catastrófica y contraria a las enseñanzas del Corán». Propuso que, en su lugar, se convirtiera la iglesia en un centro cultural bajo la supervisión del Ministerio de Cultura, Turismo y Antigüedades[16].
En febrero de 2023, se interpuso una denuncia contra el obispo Bahzad Mziri, de la Iglesia anabaptista de la ciudad de Dohuk, por una publicación en Facebook sobre Mahoma, el profeta del islam, que se consideró insultante y despectiva. El obispo Mziri se disculpó alegando que le habían jaqueado la cuenta[17] y fue absuelto del juicio[18].
En marzo de 2023, en la localidad de Bajdida (también conocida como Qaraqosh), en el distrito de al-Hamdaniya, en la llanura de Nínive, estallaron las protestas porque la población cristiana local se resistió a un intento de toma del poder por parte de la milicia Kataib Babiliyun, la 50 Brigada de las Fuerzas de Movilización Popular. La causa aparente del enfrentamiento fue el intento del comandante de la milicia, Osama al-Kildani, de tomar el control de una base perteneciente a la Unidad de Respuesta de Emergencia de las Unidades de Protección de la Llanura de Nínive, regimiento cristiano formado por unos 500 hombres de la zona[19]. En enero de 2024, el patriarca caldeo, cardenal Louis Raphael Sako, pidió la retirada de las milicias —incluidas las pertenecientes al Movimiento Babilonia— de la llanura de Nínive y su sustitución por tropas del ejército regular y por la policía federal[20].
En marzo de 2023, la Asociación Suní Iraquí de Eruditos Musulmanes acusó a la autoridad general del santuario chií Al-Askari de confiscar la Gran Mezquita suní del siglo IX en la ciudad de Samarra y la escuela vinculada a ella, y de cambiar el nombre de la mezquita por el de «Saheb al-Amr» con el pretexto de restaurar su cúpula. La asociación calificó esta medida como «otro avance peligroso del proyecto de confiscación sistemática del legado islámico de Irak y la imposición de una tutela sectaria con el poder de la fuerza militar»[21].
Ese mismo mes, se reunieron representantes de las minorías religiosas y étnicas con representantes del Gobierno y del Parlamento iraquíes en una conferencia organizada por el Consejo Mundial de Iglesias que se celebró en Bagdad para debatir los retos que plantea la inclusión ciudadana. Los ponentes de las comunidades kakai y zoroástrica afirmaron que siguen sin estar reconocidos legalmente en un país del que son autóctonos[22].
En diciembre de 2023, Masrur Barzani, primer ministro del Gobierno Regional del Kurdistán, se reunió con una delegación kakai encabezada por el líder religioso Sayed Rahim Sayed Azim. Ambas partes destacaron la necesidad de la unidad y la convivencia pacífica entre las diversas comunidades de Irak, tanto en la región del Kurdistán como en todo el país[23].
En abril de 2023, el Gobierno iraquí lanzó el canal de televisión al-Syriania para ayudar a preservar la lengua asiria hablada por los cristianos. El canal cuenta con una plantilla de unos 40 empleados y ofrece una programación variada, que incluye cine, arte e historia[24].
En mayo de 2023, el Departamento para los Cristianos de la Oficina para las Dotaciones de las Comunidades de Fe Minoritarias comenzó a recopilar información para crear una base de datos digital sobre las comunidades cristianas. Entre la información recogida se cuenta la distribución geográfica, el nivel educativo, las competencias profesionales, el estado civil, el tamaño de las familias, la ocupación laboral y las condiciones de vivienda[25].
En junio de 2023, grupos cristianos dieron la voz de alarma sobre adquisiciones ilegales de tierras en la llanura de Nínive, supuestamente con la intención de alterar la composición demográfica de la zona. En un llamamiento al primer ministro Mohammed Shia Al Sudani y al ministro de Construcción, Vivienda, Municipios y Obras Públicas, Bangen Rekani, los cristianos solicitaron acciones urgentes para «detener cualquier medida destinada a clasificar y distribuir tierras en las zonas de asentamiento histórico de las comunidades cristianas autóctonas de Irak»[26].
El 3 de julio de 2023, el presidente iraquí Abdul Latif Rashid revocó el Decreto Presidencial n.º 147, alegando que carecía de legitimidad constitucional, ya que la Constitución iraquí no faculta al presidente para nombrar o reconocer oficialmente a líderes religiosos. Promulgado originalmente en 2013 por el entonces presidente Yalal Talabani, el decreto reconocía oficialmente al cardenal Louis Raphael Sako como patriarca de la Iglesia católica caldea de Irak y de todo el mundo, otorgándole autoridad legal sobre los bienes de la Iglesia. El decreto seguía una larga tradición de reconocimiento civil de los líderes religiosos minoritarios con fines administrativos. El presidente Rashid aclaró que la revocación no afectaba a la autoridad eclesiástica del cardenal Sako, que deriva del Vaticano[27]. En señal de protesta, el patriarca Sako abandonó su sede patriarcal en Bagdad y se trasladó a la ciudad de Erbil.
En agosto de 2023, en una entrevista concedida a Ayuda a la Iglesia Necesitada, Sako declaró que la revocación del decreto era «una humillación para la Iglesia. Quienes están detrás de esta medida quieren apoderarse de las propiedades de la Iglesia y administrarlas al margen de las autoridades eclesiásticas. No podemos aceptarlo»[28]. La gestión de los bienes de la Iglesia parecía ser el objetivo de esta acción. Según el patriarca Sako, el presidente Rashid actuó presionado por las Brigadas Babilonia y su líder, Rayan al-Kildani, por la milicia cristiana proiraní y su partido político, que pretenden apoderarse de los bienes de la Iglesia caldea[29]. En julio de 2023, Ano Yawhar, ministro de Transporte y Comunicaciones del Gobierno Regional del Kurdistán, defendía así al patriarca en televisión: «Por primera vez en la historia del llamado nuevo Irak posterior a 2003, los cristianos están siendo objeto de una “persecución estatal” por parte del jefe del poder ejecutivo del Estado iraquí»[30].
El cardenal Sako impugnó la decisión del presidente ante los tribunales. En noviembre de 2023, el Tribunal Supremo Federal de Irak desestimó su demanda, al no encontrar irregularidades en la revocación del decreto. El cardenal calificó la decisión de «injusta»[31].
En julio de 2023, Irak expulsó al embajador sueco unas horas después de que manifestantes iraquíes, enfurecidos por la quema de ejemplares del Corán en Suecia, irrumpieran en la embajada sueca en el centro de Bagdad, escalando sus muros, e incendiaran el recinto[32].
Ese mismo mes se inauguró un nuevo centro pastoral católico en la ciudad de Dohuk, en la región kurda[33].
En noviembre de 2023, el ministro iraquí de Inmigración y Desplazados, Ivan Faiq Jabro, anunció el retorno voluntario de 487 yazidíes desplazados del campamento de Sharia, en la gobernación de Dohuk, a sus zonas de residencia originales en Shingal, gobernación de Nínive[34].
En noviembre de 2023, el papa Francisco recibió al presidente iraquí Abdul Latif Rashid en el Vaticano. Según un comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, durante la reunión «se reiteró la necesidad de que la Iglesia católica de Irak pueda seguir llevando a cabo su valiosa misión y de que todos los cristianos iraquíes sean una parte viva y activa de la sociedad y del territorio, en particular en la llanura de Nínive»[35].
En diciembre de 2023, el Patriarcado Caldeo canceló todas las actividades navideñas —incluidos los conciertos en clubes o salones parroquiales y la cobertura mediática— en protesta por la revocación del Decreto Presidencial n.º 147, por respeto a las víctimas del conflicto que se está desarrollando en Tierra Santa y a la tragedia ocurrida en la ciudad predominantemente asiria de Qaraqosh[36], donde en septiembre de ese mismo año murieron 133 personas a consecuencia de un incendio en un salón de bodas[37]. Ese mismo mes, la Oficina para las Dotaciones Suníes canceló todas las celebraciones del cumpleaños del Profeta por el mismo motivo[38]. El gran ayatolá chií Sayed Ali al-Sistani también manifestó su dolor por el mismo incidente[39].
A finales de 2023, fueron desalojadas de sus hogares 63 de las 121 familias cristianas que se habían refugiado en el complejo estatal Mariam al-Adra (Virgen María) de Bagdad huyendo del grupo Estado Islámico (también conocido como Daesh o Estado Islámico en Irak y Siria, ISIS) en 2014[40]. En 2022, el Gobierno iraquí decidió dar otro uso a la zona, a pesar de las protestas de la Iglesia[41].
En diciembre de 2023, los candidatos que se presentaron a las elecciones provinciales para ocupar los escaños reservados a las minorías en 15 provincias obtuvieron más de 42 000 votos, lo que les permitió hacerse con los diez escaños reservados: cuatro escaños cristianos (Nínive, Bagdad, Kirkuk y Basora), dos escaños para los kurdos failíes (Bagdad y Wasit), dos escaños para los sabeos-mandeos (Bagdad y Maysan), un escaño para los chabaquíes (Nínive) y un escaño para los yazidíes (Nínive). Otros candidatos pertenecientes a minorías también lograron escaños al presentarse en las listas de otros partidos[42].
En febrero de 2024, el Ministerio de Justicia iraquí creó un nuevo comité para estudiar las reclamaciones sobre bienes inmuebles de las minorías religiosas[43].
En marzo de 2024, el Tribunal Supremo de Irak dictó que el Gobierno federal podía supervisar y bloquear los sitios web considerados «antirreligiosos» por publicar, por ejemplo, contenidos despectivos sobre las escrituras sagradas o los profetas[44].
En marzo de 2024, el presidente iraquí Abdul Latif Rashid se reunió con líderes cristianos y afirmó la importancia de las comunidades cristianas autóctonas de Irak como «parte integral de la diversidad interdependiente de la identidad multicultural del país»[45].
En junio de 2024, el obispo caldeo Paul Thabit Mekko, de Alqosh, declaró a la Agencia Fides que, diez años después de la ocupación de Mosul por parte del Estado Islámico, no habían regresado a la ciudad ni siquiera 50 familias cristianas de las 1200 que en su día albergaba[46].
Ese mismo mes, el primer ministro iraquí, Mohamed Shia al-Sudani, emitió un decreto «para nombrar al cardenal patriarca Louis Raphael Sako patriarca de los caldeos de Irak y de todo el mundo», restaurando así el reconocimiento institucional que había sido revocado en julio de 2023 por el presidente iraquí Abdul Latif Rashid[47].
En julio de 2024, el Mando Central de los Estados Unidos (US CENTCOM) informó de que el Estado Islámico estaba «en camino de duplicar con creces el número de atentados reivindicados en 2023». Este aumento del número de atentados indica que el grupo «está intentando reconstituirse después de varios años de disminución de su capacidad». Unas 137 operaciones se saldaron con la muerte de 30 miembros del Estado Islámico y la detención de otros 74[48].
En agosto de 2024, la ONG yazidí Yazda emitió un comunicado en el que manifestaba su profunda preocupación por una «campaña de incitación al odio y la violencia en Internet» contra los yazidíes, especialmente preocupante por coincidir con el décimo aniversario del genocidio yazidí. Según Yazda, muchos yazidíes se pusieron en contacto con la organización por temor a ataques inminentes. La declaración instaba al Gobierno iraquí y al Gobierno Regional del Kurdistán a «abordar las causas profundas del genocidio yazidí y a garantizar claramente que no se repitan los crímenes cometidos contra los yazidíes y contra otros grupos»[49].
En noviembre de 2024, el Parlamento iraquí amplió la prohibición del alcohol a los hoteles y clubes sociales, lo que acercó al país a la prohibición total. Los infractores se enfrentan a multas que oscilan entre los 7700 y los 19 000 dólares estadounidenses[50]. Una ley aprobada en 2016 ya había prohibido la producción, la importación y la venta de bebidas alcohólicas, pero no entró en vigor hasta marzo de 2023. Los legisladores cristianos criticaron la ley y presentaron una demanda ante el Tribunal Supremo Federal impugnando la constitucionalidad de la Ley Municipal de Importaciones[51]. En agosto de 2023, el Tribunal desestimó el caso[52]. La venta de alcohol es una importante fuente de ingresos para las minorías no musulmanas, como los cristianos y los yazidíes.
En noviembre de 2024, Mohamed al-Hasán, representante especial del secretario general de las Naciones Unidas para Irak y jefe de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas para Irak (UNAMI), pidió que se tomaran medidas para ayudar a los yazidíes desplazados. Diez años después del genocidio y siete después de la derrota militar del Estado Islámico, más de 200 000 yazidíes siguen desplazados en la Región del Kurdistán iraquí y más de 2600 siguen desaparecidos[53]. En octubre de 2024, después de más de una década en cautiverio, fue rescatada una mujer yazidí secuestrada a los 11 años por el Estado Islámico en Irak y posteriormente trasladada a Gaza[54].
En febrero de 2025, se excavó otra fosa común en el distrito de Sinyar (Shingal), que contenía los restos de entre 15 y 20 personas. Desde que se liberó esta zona predominantemente yazidí del control del Estado Islámico se han identificado 93 fosas comunes, aunque solo se han excavado 53[55].
En febrero de 2025, se informó de un aumento significativo de los movimientos del Estado Islámico entre las gobernaciones de Kirkuk y Salahaddin, con terroristas armados vestidos con uniformes militares[56].
En marzo de 2025, el primer ministro Mohamed Shia al-Sudani anunció que las fuerzas de seguridad iraquíes, con el apoyo de Estados Unidos, habían matado al líder del Estado Islámico Abdallah Maki Muslih al-Rufay’i, también conocido como Abu Jadiya[57]. A pesar de su derrota militar en 2017, el grupo sigue utilizando células durmientes y lanzando ataques ocasionales.
En marzo de 2025, el cardenal Louis Sako recibió en su residencia de Bagdad a Mohamed al-Mayah, director de la Oficina de Coordinación Gubernamental del Consejo de Seguridad Nacional, y a Ali Al-Saadi, asesor del Comité de Seguridad y Defensa del Consejo de Representantes. Debatieron sobre la situación de los cristianos y la forma de apoyarlos[58].
Ese mismo mes, Sako pidió una reforma del sistema de cuotas cristianas antes de las elecciones parlamentarias previstas para octubre de 2025. En una declaración, argumentó que el proceso actual no garantiza una representación genuina de la minoría cristiana de Irak en el Parlamento[59], pues en las elecciones anteriores candidatos del Movimiento Babilonia ganaron cuatro de los cinco escaños asignados a los cristianos.
Futuro de la libertad religiosa
Durante el período estudiado en este informe, la libertad religiosa en Irak siguió siendo frágil. Varias decisiones políticas y jurídicas tensaron las relaciones entre los cristianos y los distintos niveles del Gobierno. La supresión de las cuotas de escaños para los cristianos en la Región del Kurdistán de Irak y la revocación del reconocimiento oficial de la autoridad del patriarca caldeo sobre los bienes inmuebles de la Iglesia, medidas que podrían haberse evitado, socavaron aún más la confianza de la comunidad cristiana.
La incapacidad —o falta de voluntad— del Gobierno iraquí para frenar la influencia de las milicias financiadas por el Estado y vinculadas a Irán, en particular las facciones de las Fuerzas de Movilización Popular, siguió representando una amenaza para las minorías religiosas. Los cristianos desplazados se mostraron reacios a regresar a la llanura de Nínive, debido principalmente a la Brigada 50 (Babilonia) de dichas fuerzas de Movilización Popular y a su líder, Rayan al-Kildani. La emigración cristiana continúa.
La comunidad yazidí sigue siendo especialmente vulnerable, con más de 200 000 personas desplazadas y más de 2600 desaparecidas. El constante discurso de odio ha agravado aún más la sensación de inseguridad de la comunidad.
El aumento de los ataques perpetrados por el grupo Estado Islámico es otra tendencia preocupante.
En ausencia de reformas políticas, económicas y de seguridad significativas, las perspectivas de que se produzcan mejoras importantes en la situación de la libertad religiosa siguen siendo sombrías. La igualdad social y la libertad religiosa plena aún están lejos de ser una realidad.
Fuentes